El uso de molusquicidas es el líder mundial en la lucha contra los caracoles y las babosas.
Sin embargo, usar veneno contra las plagas del jardín es desagradable y, en la mayoría de los casos, empeora los problemas.
Los problemas y efectos secundarios dañinos causados por el uso de molusquicidas son:
- Los cebos atraen a más babosas de todo el vecindario.
- Químicos desconocidos ingresan al jardín.
- Mueren babosas y caracoles benéficos y nativos.
- Representan un peligro para los niños, las mascotas, y otros animales.
- Pueden estimular la reproducción de las babosas.
- Los enemigos naturales de las babosas sufren.
- Previenen controles y equilibrios naturales.
- Te vuelves dependiente de ellos y con el paso de los años pierdes mucho tiempo y dinero.
- La crueldad hacia los animales conduce a sentimientos negativos relacionados con el jardín.
Por todas estas razones, recomiendo no usar molusquicidas, sino buscar formas alternativas de controlar las babosas.
Contents
- 1 ¿Qué sustancias se utilizan en los gránulos para babosas y los cebos para babosas?
- 2 Riesgos asociados con los molusquicidas
- 2.1 Contienen atrayentes fuertes
- 2.2 Son veneno para las mascotas y los seres humanos
- 2.3 Reproducción y propagación forzadas de babosas
- 2.4 Los enemigos naturales de las babosas también sufren
- 2.5 Se evita la restauración de un equilibrio natural
- 2.6 Muerte de babosas y caracoles benéficos/nativos
- 2.7 Gasto innecesario de tiempo y dinero
- 2.8 El uso de veneno crea dependencia
- 2.9 Sentimientos negativos y dudas
- 2.10 Crueldad animal
- 3 Reverencia por la vida
- 4 Alternativas a los molusquicidas
- 5 Alternativas
¿Qué sustancias se utilizan en los gránulos para babosas y los cebos para babosas?
Los gránulos y cebos de babosas contienen molusquicidas, que son sustancias venenosas que matan a todas las babosas y caracoles. También contienen atrayentes que hacen que las babosas y los caracoles se coman los gránulos.
Estos atrayentes son poderosos; por eso las babosas y los caracoles prefieren comer los gránulos en lugar de las plantas.
Al menos por un corto tiempo, las plantas estarán seguras.
Sin embargo, a largo plazo, los gránulos causan mucho daño. Combaten solo los síntomas, no las causas del problema.
Aparte del veneno, los fabricantes no necesitan indicar qué otros productos químicos utilizan en los cebos.
Ten en cuenta que al usar gránulos estás colocando productos químicos en tu jardín y pueden terminar en tu mesa y en tu comida.
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¿Cuáles son los ingredientes activos en los venenos para babosas?
Los molusquicidas contienen tres tipos principales de veneno: fosfato de hierro (III), metaldehído y metiocarb. Cada uno actúa de manera diferente y tiene distintas ventajas y desventajas.
Algunos gránulos son incluso letales para los humanos y pueden contaminar las aguas subterráneas.
Fosfato de hierro (III)
El veneno más común para caracoles y babosas es el fosfato de hierro o fosfato férrico.
A primera vista, parece inofensivo e incluso está aprobado para su uso en agricultura ecológica.
¿Cómo actúa el fosfato de hierro (III)?
Después de que los caracoles o las babosas se han comido los cebos envenenados, el hierro bloquea su garganta y cierra su tracto digestivo.
Como resultado, no se pueden alimentar y mueren de hambre lentamente. Por lo general, tardan unos días en morir.
Después de comerse los cebos, los caracoles y las babosas encuentran un lugar donde esconderse y mueren desapercibidos.
Como no mueren inmediatamente, existe el riesgo de que se reproduzcan antes de morir.
Estas babosas y caracoles muertos no se pueden recoger porque sus cuerpos están ocultos a simple vista.
Los cuerpos liberan un olor de putrefacción en el jardín, y esto atrae a más babosas del vecindario.
Aunque está permitido en la agricultura orgánica, el fosfato de hierro (III) es una sustancia química peligrosa que no es completamente inofensiva para los humanos.
Después de entrar en contacto con los gránulos, debes lavarte bien las manos.
Esta sustancia también puede contaminar el agua potable, por lo que no debe entrar en los desagües, aguas superficiales o subterráneas.
Metaldehído
El metaldehído puede ser mortal para los seres humanos y los animales y contamina aguas subterráneas.
Sin embargo, su uso todavía está permitido en el jardín y en la agricultura.
El metaldehído es un veneno de contacto.
Después de que las babosas y los caracoles han comido o tocado gránulos de metaldehído, sus cuerpos producen cantidades excesivas de baba y se deshidratan lentamente mientras tratan de eliminar la toxina de su sistema.
Como resultado, mueren por pérdida interna de agua.
Si ha estado lloviendo o el suelo está muy húmedo, el metaldehído puede volverse ineficaz, ya que las babosas pueden absorber suficiente agua para compensar sus pérdidas.
Después de la muerte de las babosas y los caracoles, sus cuerpos quedan esparcidos por el jardín.
Por lo que deben ser recolectados; de lo contrario, su olor atraerá a otras babosas del vecindario.
Cabe resaltar que se encontró metaldehído en las aguas subterráneas de todo el Reino Unido porque se usa mucho en la agricultura.
Esto también podría ser cierto para América del Norte y otras partes del mundo, y tener un efecto sobre la salud general.
Por esta razón, algunas personas abogan por la prohibición del metaldehído.
Video: Alternativas
(Recuerda: ¡es mejor no usar trampas de cerveza!)
Metiocarb
Aunque fue usado durante la década de 1990, actualmente el metiocarb está prohibido en la mayoría de los países porque es fatal para los humanos y mata a muchos animales, y mascotas beneficiosas.
Por ejemplo, a los perros les gusta comer gránulos de metiocarb; no obstante, pueden morir rápidamente.
Las lombrices de tierra benéficas también sufren mucho.
Por tanto, las existencias viejas de gránulos de metiocarb deben eliminarse correctamente.
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Riesgos asociados con los molusquicidas
Contienen atrayentes fuertes
No solo todos los cebos para babosas contienen venenos, sino que también son poderosos atrayentes.
Eso los convierte en un arma de doble filo.
Estos atraen las babosas y caracoles de todo el vecindario a tu jardín, directamente a los lechos vulnerables donde se supone que debes mantenerlos alejados.
Los gránulos se disuelven con el tiempo y en condiciones de humedad comienzan a enmohecerse.
Los atrayentes no aptos para el consumo, pueden filtrarse en el suelo y así atraer numerosas babosas y caracoles incluso después de que los cebos se vuelvan invisibles.
Mucha gente subestima el hecho de que el olor a carroña es un fuerte atrayente para la mayoría de los caracoles y babosas.
Por lo tanto, los molusquicidas atraerán a muchas más babosas ubicadas alrededor de tu jardín, ya sea porque contienen cebos o porque producen carroña.
Si es cierto que las babosas pueden oler (por ejemplo, la cerveza) a una distancia de más de 140 metros, este efecto podría reforzar el aumento de las babosas en tu jardín.
¡Ten en cuenta este riesgo!
Son veneno para las mascotas y los seres humanos
Los molusquicidas contienen venenos que también pueden ser peligrosos para los mamíferos.
El metaldehído puede matar a mascotas como gatos, conejos, patos, y perros.
También representan un riesgo para la salud de los niños pequeños y bebés. Incluso para los adultos, ciertas dosis pueden ser fatales.
La toxicidad de los molusquicidas nunca debe subestimarse. Menos de 28 gramos de metaldehído son suficientes para matar a un ser humano.
Se sabe que los perros y gatos mueren después de ingerir molusquicidas.
A los perros les gusta comer los gránulos; una dosis letal para ellos es de solo 1 gramo de metaldehído.
Si sospechas de intoxicación en bebés, niños o mascotas, busca atención médica de inmediato.
Incluso se ha informado de intoxicaciones graves en bovinos y caballos causadas por molusquicidas.
Los síntomas incluyen dificultad para respirar, vómitos, falta de coordinación, calambres y fiebre.
Reproducción y propagación forzadas de babosas
Una desventaja significativo de los gránulos de fosfato de hierro es que matan babosas y caracoles lentamente en un par de días.
Durante este período, las babosas y los caracoles dejan de comer, pero aún pueden aparearse y poner huevos.
Como resultado, se altera el ciclo natural de reproducción, lo que conduce a un repunte de babosas fuera de lo común unas semanas después de usar los gránulos.
Entonces, por cada babosa muerta, podrían eclosionar entre 300 y 400 nuevos especímenes.
Desde otra perspectiva, puede parecer la «venganza» de las babosas.
Los enemigos naturales de las babosas también sufren
Algunas personas dicen que las babosas y los caracoles invasores no tienen enemigos naturales.
Sin embargo, este no es el caso en la mayoría de los lugares.
Las babosas y los caracoles habitan la mayor parte del mundo y tienen muchos enemigos naturales.
Tanto sus huevos, como los caracoles y babosas jóvenes, e incluso adultos, están en el menú de todo tipo de animales depredadores.
Pero es cierto que los enemigos naturales han disminuido en población o se han extinguido por varias razones.
A menudo, han sufrido por el uso de pesticidas como insecticidas, herbicidas y molusquicidas.
Algunos enemigos naturales de babosas y caracoles son:
- Pájaros cantores
- Sapos
- Ranas
- Escarabajos de tierra
- Luciérnagas
- Escarabajos carroñeros
- Ciempiés
- Erizos
- Opiliones
- Moscas cuerno
- Grullas
- Cuervos
- Lagartijas
- Gusanos ciegos/gusanos lentos
- Musarañas
- Topillos.
A estos animales les gusta la comida rica en proteínas, las cuales se encuentran en babosas, caracoles y sus huevos.
Si las babosas o los caracoles invasores entran en un ecosistema por primera vez, los depredadores de caracoles pueden tardar un tiempo en reconocerlos como un bocadillo potencial, pero después de un tiempo, lo harán.
Si estos animales comen babosas o caracoles envenenados, también podrían lastimarse.
Y si no mueren, es posible que se sientan mal y eviten tocar nuevamente un caracol.
Se evita la restauración de un equilibrio natural
Si usas molusquicidas, se evitará la restauración de los controles y equilibrios naturales.
El uso de veneno pone en marcha un círculo vicioso: «lo que das, recibes».
Cuando se usa veneno para matar una población de presas, el equilibrio natural entre las poblaciones de cazadores y presas no puede tener lugar.
Por ejemplo, hay muchos insectos, como el escarabajo terrestre, que se especializan en la caza de babosas y caracoles.
Si todas las babosas mueren repentinamente, estos animales pierden su suministro de alimentos y se trasladan a otras áreas.
Si dependen únicamente de los caracoles y las babosas, como las luciérnagas, incluso podrían morir de hambre.
Como resultado, la próxima generación de babosas puede crecer porque se enfrentará a menos enemigos naturales.
Muerte de babosas y caracoles benéficos/nativos
Otro gran problema es que los molusquicidas matan a todas las babosas y caracoles.
No solo morirán las babosas invasoras (como la babosa española), sino que también lo harán las especies nativas en peligro de extinción.
La mayoría de las babosas y caracoles son beneficiosos para el ecosistema y no suelen ser una amenaza para las plantas sanas.
Se alimentan de animales muertos, hongos y restos de plantas viejas. De esta forma, son beneficiosos para el crecimiento de las plantas.
Al reciclar los desechos del jardín y producir humus útil, aumentan la salud del suelo.
Como parte natural del sistema ecológico, los caracoles y babosas nativos no se multiplican de manera explosiva, como puede ocurrir con las especies invasoras.
Además, algunas babosas y caracoles beneficiosos son enemigos naturales de las especies invasoras.
El caracol romano (caracol de jardín), por ejemplo, se come los huevos de la babosa española.
Y la babosa leopardo (Limax maximus) no solo come los huevos de otras babosas, sino que, también caza babosas españolas adultas.
Por lo tanto, es una pena que los molusquicidas también maten a estos caracoles y babosas beneficiosas.
Gasto innecesario de tiempo y dinero
Se necesita mucho tiempo y esfuerzo para comprar y aplicar molusquicidas, una y otra vez, año tras año.
Los gránulos no son baratos y su aplicación acumula costes considerables a lo largo del tiempo.
Este dinero podría invertirse en soluciones a largo plazo, como collares anti babosas o vallas anti babosas.
O puedes usarlo para promover el establecimiento de enemigos naturales de las babosas.
El uso de veneno crea dependencia
Similar a un medicamento que brinda alivio a corto plazo, los molusquicidas funcionan solo por un breve período.
Las plantas alrededor de las cuales lo esparciste se conservan por un tiempo.
Pero este efecto no dura mucho.
Una vez que los cebos han desaparecido, las babosas regresan.
Por lo tanto, los gránulos deben esparcirse, una y otra vez, año tras año.
Hacen que el jardín sea dependiente, y se podría decir que incluso se vuelve adicto.
El jardín no puede desarrollar sus defensas naturales, por lo que las babosas inmigrantes encuentran poca o ninguna resistencia.
Y como se describió anteriormente, cada vez atrae más babosas.
Esta situación puede resultar en la necesidad de más gránulos, y claramente este desarrollo beneficia enormemente a los fabricantes de molusquicidas.
Por lo que una solución sostenible no es de su interés.
Si los molusquicidas tuvieran un efecto duradero, tarde o temprano sus clientes desaparecerían.
Sentimientos negativos y dudas
A nadie le gusta matar caracoles y babosas. Al menos esto es lo cierto para todos los jardineros con los que hablé.
El uso de veneno suele provocar remordimientos. El acto de matar es un problema.
Además, para muchos agricultores y jardineros, la pregunta de si los productos químicos utilizados en los gránulos terminarán en sus alimentos sigue sin respuesta.
Esto crea pensamientos negativos asociados con el jardín y sus frutos.
Desde mi punto de vista, un jardín es un lugar de alegría y felicidad en el que la vida florece y prospera de las formas más hermosas.
Este extraordinario espacio se contamina con el uso de veneno.
(Esta fue mi razón principal para buscar soluciones alternativas y compartirlas en este sitio web).
Crueldad animal
Otra razón para cuestionar los molusquicidas es la forma en la que los matan.
Como se describió anteriormente, los gránulos de fosfato de hierro actúan como inhibidores de la alimentación.
Si las babosas se los comen, sufren una dolorosa y lenta muerte de hambre.
Por eso, desde mi punto de vista, los gránulos de fosfato de hierro son un medio de tortura.
Desafortunadamente, los gránulos de metaldehído no son una alternativa menos dolorosa.
Después del contacto con el metaldehído, las babosas y los caracoles mueren por deshidratación.
Derraman todos los líquidos corporales y generalmente mueren por insuficiencia orgánica después de secarse internamente.
Cualquiera que haya experimentado una verdadera sed sabe lo doloroso que puede ser.
Entonces, la muerte por deshidratación o privación de alimentos es, en mi opinión, una forma de muerte que ningún ser sensible debería sufrir.
Reverencia por la vida
Hacer que un perro se muera de hambre o deshidratarlo se considera crueldad animal y una violación de la ley.
Puede llegar un momento en que incluso los invertebrados sean reconocidos como poseedores de derechos fundamentales que deberían protegerse.
Por supuesto, es más difícil empatizar con un caracol que con un perro o un gato.
Creo que eventualmente se hará evidente para todos que los caracoles también pueden sufrir.
Por esta razón, cada vez más jardineros han dejado de usar veneno y están tratando de lidiar con las babosas de una manera más «humana».
Video: Babosa sufre en la cerca eléctrica
Desde mi punto de vista, las babosas y los caracoles también merecen respeto.
Son parte de la vida y, por lo general, contribuyen de manera útil al procesar plantas muertas y carroña.
Si observas más de cerca a las babosas y los caracoles, y por un momento te olvidas de todos los problemas que pueden causar, podrás notar lo maravillosos que son.
Merecen respeto por lo que hacen y por la forma en que viven.
Para mí, son pequeños maestros zen y, al observarlos de cerca, es posible aprender mucho sobre la paciencia y la tranquilidad.
Quizás es por eso que parecen estar bajo la protección especial de la naturaleza y la razón de que la mayoría de las veces y de distintos lugares es imposible ganar una lucha agresiva contra ellos.
Afortunadamente, el uso de veneno es innecesario; ya existen conocimientos suficientes para proteger las plantas vulnerables de forma más pacífica.
Alternativas a los molusquicidas
Existen medidas ecológicas que pueden solucionar el problema de las babosas.
Una de las medidas más sencillas es utilizar cobre contra las babosas.
Otro método muy eficaz son las barreras anti babosas.
Existen diferentes tipos de barreras mecánicas contra babosas, y con medios simples es posible crear una barrera eléctrica contra babosas.
Usando materiales baratos o sobrantes, también puedes crear sombreros protectores de plantas y campanas de jardín que pueden proteger a las plantas jóvenes.
Puedes encontrar más información aquí: Defensa casera contra babosas
Los collares contra babosas también se pueden construir en casa.
Para solucionar el problema a largo plazo, es esencial ayudar a que los enemigos naturales de las babosas se establezcan en tu jardín.
Alternativas
Si deseas proteger áreas grandes, las barreras especiales son una buena opción: barreras contra babosas.
Por ejemplo, el cobre se puede utilizar para construir barreras repelentes: cobre contra babosas.
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Última actualización: 17 de julio de 2021
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