¿Esparcir sal alrededor de macizos de plantas en peligro como un tipo de barra protectora ayuda a controlar estos babosos invasores?
De nuevo, la respuesta es sí y no.
Es cierto que las babosas y caracoles no pueden caminar sobre las líneas de sal, y a primera vista, esto parece una buena solución. No obstante, este método es terrible a largo plazo.
La sal no solo mata a las babosas. Al final, las plantas también sufren.
Si llueve o riega puede que la sal sea absorbida por la tierra y dejar de ser efectiva.
Como resultado, la salinidad de la tierra incrementará muchísimo y los macizos quedarán acidificados.
Poner sal en el jardín puede tener el mismo efecto que una lluvia ácida.
Los niveles de pH de la tierra disminuirán rápidamente, y las plantas comenzarán a morir o dejarán de crecer apropiadamente.
Tarde o temprano, muchos organismos útiles de la tierra también morirán.
Con el uso continuo de la sal, el jardín pronto se convertirá en un desierto de sal.
Por lo tanto, aplicar caminos de sal en la tierra no es un método recomendable; de hecho, en muchos países, esta práctica está prohibida por la Ley de Protección de las Plantas.
Conclusión: Jamás ponga sal en el jardín o en la tierra.
Sin embargo, si ya hizo esto, podría intentar contrarrestar la salinización de la tierra con cal de jardín.
Esto puede ayudar a que se alcancen niveles neutrales de pH de nuevo.
También hay reportes positivos de que la sal es buena para detener a las babosas y caracoles sin los efectos negativos.
Desierto de sal.
Para lograr esto, se aplica una cinta de doble cara alrededor de las macetas y cuidadosamente se echan cristales de sal sobre la cinta.
Esta solución debería ser exitosa para alejar a las babosas y caracoles, sin dejar de ser efectiva con la lluvia.
Sinceramente no he intentado esto. Me preocupa que al regar las plantas tire rápidamente la sal a la tierra, pero quizás los collares contra babosas podrían prevenir que esto suceda.
Así que mi consejo es tratar esta idea con precaución, y probarlo de forma sencilla y barata.
Si tienes experiencia con esta solución, me encantaría leer tus comentarios sobre esto.
La sal pertenece a la cocina – no en el jardín.
Conclusión
La sal no pertenece al jardín y usualmente hace más daño de lo que ayuda.
La sal causa un gran daño no solo a las babosas y caracoles, sino también a las plantas y a otras criaturas beneficiosas que viven en los jardines.
Matar babosas y caracoles recolectados con sal no es un método apropiado, ya que morirán lenta y dolorosamente.
No solo es algo grotesco de ver, también va en contra del bienestar animal.
Sin embargo, una posibilidad interesante es usar en combinación con la cinta de doble cara para proteger especialmente macetas, por lo menos de forma temporal.